La Casa de la Emancipación, fue construida en el año 1534, en ese entonces, en la Villa de Trujillo, Perú, ubicada a 100 metros de la Plaza de Armas. En 1640, don Juan Martínez de Escobar mandó construirla en ese solar, ya que probablemente el inmueble original había sido construido por el terremoto de 1619.
En el año 1645, la viuda de don Juan vendió la casa a don Roque de Zubiate. En el siglo XVII, perteneció a don Francisco de Larrea y Guinea, y a su muerte, pasó a ser propiedad del Convento San Agustín. En 1790, fue adquirida por don Tuburcio de Urquiaga y Aguirre, cuyos descendientes la vendieron a la casa Wiese en 1944 y ésta a su vez, al Banco Nor en 1964.
Finalmente, este banco fue adquirido por el Banco Continental en 1975 hasta la actualidad.
La estructura de la casa sigue los patrones virreinales, modificado luego al estilo neoclásico republicano que luce en la actualidad. El terremoto del año 1970 destruyó parcialmente el inmueble. Ante esto, el Banco Continental hizo una delicada restauración para devolverle su valor histórico monumental y sobre la parte que quedó totalmente destruida, el BBVA construyó las oficinas para el funcionamiento del Banco.
La estructura de la casa sigue los patrones virreinales, modificado luego al estilo neoclásico republicano que luce en la actualidad. El terremoto del año 1970 destruyó parcialmente el inmueble. Ante esto, el Banco Continental hizo una delicada restauración para devolverle su valor histórico monumental y sobre la parte que quedó totalmente destruida, el BBVA construyó las oficinas para el funcionamiento del Banco.
La Casa de la Emancipación recibe diariamente a cientos de visitantes de la localidad como a turistas nacionales y extranjeros. Acuden para disfrutar de sus ambientes así como para conocer la historia del patrimonio en años atrás. Y también, para participar en las actividades artísticas, literarias y científicas que en ella se desarrollan permanentemente como son: ceremonias cívicas, conferencias, recitales de música y poesía, danzas, presentaciones de libros, exposiciones plásticas, etc.
La Casa de la Emancipación está puesta exclusivamente al servicio del turismo y a cualquier tipo de actividades culturales.
“Aquí la gente puede hacer todo lo que quiera, si quiere cantar, canta, bailar, tocar algo; está dispuesto totalmente para la sociedad, la idea es que la hagan parte de cada uno y usen este espacio para abrirse a una cultural libre y personal exhibiéndola hacia todos”, comenta Carlos Chávez Saldaña, director de Relaciones Públicas y Asesoría de Cultura, encargado de la Casa de la Emancipación.
“Aquí la gente puede hacer todo lo que quiera, si quiere cantar, canta, bailar, tocar algo; está dispuesto totalmente para la sociedad, la idea es que la hagan parte de cada uno y usen este espacio para abrirse a una cultural libre y personal exhibiéndola hacia todos”, comenta Carlos Chávez Saldaña, director de Relaciones Públicas y Asesoría de Cultura, encargado de la Casa de la Emancipación.
Pero todo no es tan perfecto como se supone, el financiamiento para el mantenimiento constante del patrimonio corre totalmente por cuenta del Banco Continental, nunca ha recibido nada por parte del Estado.
“El Banco asume plena responsabilidad de su manutención y nosotros no exigimos dinero del Estado, si desea apoyarnos, lo puede hacer y estaremos agradecidos, pero nunca lo ha hecho. Felizmente este patrimonio cuenta con un sustento y lo digo porque sé que no todos los centros históricos tienen la suerte de tener uno”, asegura Chávez Saldaña.
“El Banco asume plena responsabilidad de su manutención y nosotros no exigimos dinero del Estado, si desea apoyarnos, lo puede hacer y estaremos agradecidos, pero nunca lo ha hecho. Felizmente este patrimonio cuenta con un sustento y lo digo porque sé que no todos los centros históricos tienen la suerte de tener uno”, asegura Chávez Saldaña.
“Creo que sin el apoyo constante del Banco, este patrimonio hubiera expirado hace rato. La remodelación y mantenimiento es constante, la vigilancia y pagos de los servicios usados, entre otros. Todos usan este espacio de cultura, esperemos que no sólo sea uno el que lo cuide”, agrega Christian Oliva Capuñay, Promotor Cultural.
Aún así, las visitas y los espectáculos diarios nunca paran de llegar. Existen muy buenos comentarios por parte de los turistas acerca de la infraestructura del patrimonio cultural (sus salones, sus pisos coloniales y republicanos, sus ventanales) así como de las actividades ofrecidas al público de manera totalmente gratuita.
“Todo está muy bonito, tomando en cuenta sobretodo que se trata de una reconstrucción de la historia de Trujillo. Se aprecia el cuidado que se toma la sociedad para mantener esta fortuna de pie. Está bonito, para qué”, opina la turista Luisa Martínez Escobar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario